En nuestro día a día, en las actividades y tareas cotidianas, nos encontramos con miles de estímulos visuales que nos aportan gran cantidad de información como el color, la forma, el relieve, etc. Nos proporcionan información incluso para poder identificar expresiones, rostros, objetos, etc. Por este motivo, el sentido de la visión pasa a ser uno de los más importantes, ya que la falta de este podría dificultar las tareas más básicas y cotidianas del día a día.

Según datos de la OMS y a escala mundial, aproximadamente 1.300 millones de personas sufren de deficiencia visual. Existen diversas causas de deficiencia visual y muchas de ellas son irreversibles. ¿Se han planteado alguna vez cómo sería vivir con una deficiencia visual en el mundo actual?

El desafío de las personas con baja visión

Las personas con baja visión se enfrentan diariamente a diversas barreras arquitectónicas que a menudo pasan desapercibidas para aquellos con una visión de diez. Estos obstáculos pueden complicar su movilidad, independencia y estado emocional. Las rampas de acceso inadecuadas, las señales de orientación insuficientes y los semáforos para peatones son solo algunas de las dificultades que enfrentan.

Las escaleras son uno de los principales retos, ya que pueden ser peligrosas y difíciles de superar sin asistencia. Las personas con baja visión necesitan superficies táctiles, barandillas fiables y señales acústicas para facilitar esta movilidad.

Las señales de tráfico y de orientación inadecuadas también constituyen un problema grave. Las personas con baja visión dependen de marcas táctiles en el suelo, instrucciones verbales y señales acústicas para orientarse correctamente. Estas últimas, prácticamente solo se encuentran en la ciudad. La falta de estos elementos puede llevar a confusiones y aumentar el riesgo de accidentes.

Las áreas urbanas con mobiliario urbano disperso o mal situado también suponen un reto: bancos, paradas de autobús y otros obstáculos pueden ser difíciles. Es crucial diseñar entornos urbanos con una planificación consciente y consideración para las necesidades de esta comunidad.

Para abordar estas cuestiones, es esencial una mejora en la planificación urbana, el uso de materiales accesibles y la concienciación pública. Estos ejemplos no son las únicas barreras que limitan a las personas con discapacidad visual; por esta razón, desde Oftalis, reivindicamos los derechos de las personas con baja visión para lograr una completa inserción en la sociedad.