La puntoplastia es un procedimiento quirúrgico ambulatorio menor que tiene como objetivo corregir la posición anormal o estenosada del punto lagrimal. El punto lagrimal, situado en el borde del párpado cerca de la nariz, es la abertura por la cual las lágrimas entran al conducto lagrimal. La puntoplastia busca ampliar la abertura del punto lagrimal, mejorando así el drenaje de las lágrimas y aliviando los síntomas asociados a una mala circulación lagrimal.
¿Cuándo está indicada la puntoplastia?
La puntoplastia se recomienda principalmente a pacientes que experimentan síntomas de drenaje deficiente de las lágrimas, como:
- Ojo seco: La incapacidad de producir suficientes lágrimas para mantener el ojo húmedo y cómodo.
- Lagrimeo excesivo: Producción excesiva de lágrimas que pueden derramarse por la cara.
- Inflamación o infecciones recurrentes de los ojos: Provocadas por un mal drenaje de las lágrimas.
- Sensación de arena en los ojos: Sensación de irritación y molestia en los ojos.
- Enrojecimiento y picazón ocular: Síntomas frecuentes del ojo seco.
¿Cómo se realiza la puntoplastia?
La puntoplastia es un procedimiento rápido e indoloro que se realiza en la consulta del médico oftalmólogo. No requiere anestesia general, ya que se utiliza anestesia tópica o anestesia local para adormecer la zona. El cirujano utiliza instrumentos especializados, como dilatadores o sondas, para dilatar el punto lagrimal y ampliar su abertura. En algunos casos, se pueden utilizar suturas para corregir la posición del punto lagrimal.
Los resultados de la puntoplastia suelen ser visibles en pocos días. La mayoría de los pacientes experimentan una mejora significativa en el drenaje de las lágrimas, aliviando así los síntomas de ojo seco, lagrimeo excesivo, irritación y molestias oculares. En algunos casos, puede ser necesario realizar una segunda sesión para conseguir los resultados deseados.