L‘implant orbitari secundari es un procediment quirúrgic complejo que se utiliza para corregir complicaciones relacionadas con la anoftalmia, que es la ausencia congénita o adquirida de un ojo. Este procedimiento tiene como objetivo restaurar el volumen, la simetría y la función de la órbita ocular en pacientes que han experimentado problemas con un implante ocular previo o que no tienen implante.

El implante orbitari secundario puede ser necesario en diversos casos, como:

  • Complicaciones con el implante primario: infecciones, extrusión (expulsión) del implante, erosión, movimiento o desplazamiento inadecuado del implante.
  • Mala adaptación del implante primario: dificultades para la integración del implante con los tejidos circundantes, exposición de la córnea artificial, problemas estéticos o funcionales.
  • Anoftalmia congénita o adquirida: ausencia congénita del ojo o pérdida del ojo debido a un traumatismo o enfermedad.

 

¿Cómo se realiza el implante orbitario secundario?

El procedimiento de implante orbitario secundario se realiza bajo anestesia general y está a cargo de un oftalmólogo experto en cirugía orbitaria y oculoplástica. El cirujano realiza incisiones en la piel y los músculos de la órbita para acceder al espacio donde se colocará el implante. A continuación, se selecciona el implante más adecuado según las características del paciente y se coloca con precisión y seguridad. Después de la colocación, el implante se ajusta y se estabiliza adecuadamente para obtener un resultado estético y funcional satisfactorio.

 

¿Cuáles son los beneficios de esta cirugía?

Se pueden ofrecer varios beneficios a los pacientes que padecen complicaciones con un implante previo o anoftalmia:

  • Restaura el volumen de la órbita: mejora el aspecto estético y la simetría facial.
  • Protege los tejidos oculares: reduce el riesgo de sequedad ocular, irritación y complicaciones infecciosas.
  • Mejora la función palpebral: permite un movimiento más natural de los párpados y protege la córnea.
  • Aumenta la calidad de vida: reduce las molestias, la sensibilidad y la incomodidad ocular, permitiendo al paciente realizar sus actividades diarias con normalidad.