Los defectos refractivos se producen cuando la luz no se enfoca correctamente en la retina, causando visión borrosa o desenfocada. La cirugía refractiva (láser o ICL) modifica la forma de la córnea, la capa transparente frontal del ojo, para lograr un enfoque correcto de la luz y restaurar una visión nítida. Por lo tanto, mejora la calidad visual del paciente, reduciendo la dependencia de las gafas o lentes de contacto.
Beneficios de la cirugía refractiva:
- Mejora significativa de la visión: La mayoría de los pacientes experimentan una notable mejora en su visión después de la cirugía refractiva, reduciendo o eliminando la necesidad de gafas o lentes de contacto.
- Procedimiento rápido e indoloro: La cirugía refractiva suele ser un procedimiento rápido e indoloro, que dura entre 15 y 30 minutos por cada ojo.
- Recuperación visual rápida: En la mayoría de los casos, la recuperación visual es rápida y los pacientes notan una mejora significativa en su visión en los días siguientes a la intervención.
- Mejora de la calidad de vida: Liberarse de las gafas o lentes de contacto puede mejorar significativamente la calidad de vida, ya que permite una mayor libertad y comodidad en las actividades cotidianas.
Existen diferentes técnicas para corregir estos defectos refractivos:
Cirugía láser con LASIK y PRK
Ambos procedimientos se utilizan para modificar la forma y la curvatura de la córnea mediante láser. Con el objetivo de corregir las dioptrías y permitir un enfoque adecuado de la imagen en la retina.
- LASIK (Laser-Assisted In Situ Keratomileusis): En este procedimiento, se crea un flap primario en la córnea mediante un láser especial. A continuación, se utiliza otro láser para remodelar la forma de la córnea y corregir el defecto refractivo. El flap se recoloca después del procedimiento.
- PRK (Photorefractive Keratectomy): Esta técnica no requiere la creación de un flap. En cambio, se elimina una fina capa de la córnea mediante un láser excimer y se remodela su forma para corregir el defecto refractivo.
