La catarata es la opacidad del cristalino, la lente natural del ojo que permite enfocar la luz sobre la retina y obtener una visión clara. Con el tiempo, el cristalino puede perder su transparencia, provocando visión borrosa, nublada o distorsionada, como si se mirara a través de un vidrio sucio. Por lo tanto, esta pérdida de visión puede dificultar la realización de actividades cotidianas como leer, conducir o reconocer rostros.

La única opción de tratamiento eficaz es la Cirugía de la Catarata. En este procedimiento, el cristalino opaco se extrae y se sustituye por una lente intraocular (LIO) transparente. La LIO está diseñada para funcionar como el cristalino natural y proporcionar una visión clara y nítida.

La Cirugía de la Catarata se realiza de manera ambulatoria, lo que significa que no es necesario ingresar al hospital. El procedimiento suele llevarse a cabo con anestesia tópica, administrándose colirio anestésico en el ojo.

En la mayoría de los casos, la cirugía se realiza mediante una técnica llamada facoemulsificación. En esta técnica, se utilizan ultrasonidos para descomponer el cristalino opaco en pequeños fragmentos, que luego se aspiran del ojo. Posteriormente, una vez eliminado el cristalino opaco, se introduce la lente intraocular plegable a través de una pequeña incisión en la córnea. Finalmente, la LIO se despliega dentro del saco capsular, donde antes se encontraba el cristalino natural.

En resumen, la cirugía de cataratas mediante la técnica de facoemulsificación es:

  • Muy rápida e indolora.
  • No requiere anestesia general. Unas gotas de colirio anestésico suelen ser suficientes.
  • La recuperación visual es muy rápida.