Los tumores orbitarios pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos) y pueden originarse en diversos tejidos orbitarios, como los músculos, los nervios, los vasos sanguíneos, el tejido adiposo o las glándulas lagrimales. En algunos casos, los tumores orbitarios provienen de tumores de otras partes del cuerpo que se han diseminado a la órbita.

Síntomas de los tumores orbitarios:

Los síntomas de un tumor orbitario varían en función de su ubicación y tamaño, pero pueden incluir:

  • Dolor: Puede ser un dolor sordo o agudo en el ojo o en la zona orbital.
  • Protuberancia ocular: El ojo puede parecer más salido que el otro.
  • Visión doble (diplopía): Dificultad para ver un objeto con un solo ojo.
  • Pérdida de visión: En casos avanzados, el tumor puede afectar el nervio óptico y provocar pérdida de visión.
  • Inflamación: Enrojecimiento e hinchazón del párpado o de la zona orbital.
  • Cambios en la forma del ojo: El ojo puede adoptar una forma anormal debido al tumor.

Para diagnosticar un tumor orbitario, el oftalmólogo realizará un examen completo de los ojos y de la órbita. En algunos casos, se pueden solicitar pruebas de imagen adicionales como una resonancia magnética (RM) o una tomografía computarizada (TC) para obtener una visualización más detallada del tumor.

Tratamiento de los tumores orbitarios:

El tratamiento de un tumor orbitario dependerá del tipo, el tamaño y la localización del tumor, así como del estado de salud general del paciente. Las opciones de tratamiento pueden incluir:

  • Cirugía: La extirpación quirúrgica del tumor es el tratamiento más común para los tumores orbitarios.
  • Radioterapia: La radiación se utiliza para destruir las células tumorales.
  • Quimioterapia: Los medicamentos se administran por vía intravenosa u oral para destruir las células tumorales.
  • Terapia con dianas moleculares: Estos medicamentos se dirigen a anomalías moleculares específicas presentes en las células tumorales.
  • Observación: En algunos casos, los tumores orbitarios benignos pequeños y de crecimiento lento pueden no requerir tratamiento inmediato y se pueden monitorizar periódicamente mediante pruebas de imagen.

El pronóstico de un tumor orbitario dependerá del tipo, el tamaño y la localización del tumor, así como de la respuesta al tratamiento. En general, el pronóstico de los tumores orbitarios benignos es muy bueno, mientras que el pronóstico de los tumores orbitarios malignos puede variar más dependiendo del tipo de cáncer y del estadio de la enfermedad.