La queratopatía bullosa, también conocida como queratopatía edematosa, es una enfermedad ocular que afecta la córnea, la capa transparente frontal del ojo. Ocurre cuando el endotelio, la capa celular más interna de la córnea, no funciona correctamente. La función principal del endotelio es bombear el exceso de líquido de la córnea, manteniéndola clara y transparente. Cuando el endotelio falla, el líquido se acumula en la córnea, provocando la formación de ampollas o bullas en su superficie. Esto puede causar pérdida de visión importante, dolor y sensibilidad a la luz.
Causas que la provocan:
- Distrofia de Fuchs: La causa más común de la queratopatía bullosa es la distrofia de Fuchs, una enfermedad genética que afecta el endotelio.
- Cirugía ocular: también puede ser una complicación de la cirugía ocular, como la cirugía de cataratas o la cirugía refractiva.
- Traumatismo: Un traumatismo en el ojo también puede dañar el endotelio y causar esta queratopatía.
- Otras enfermedades: Algunas enfermedades oculares, como el glaucoma y la diabetes, pueden aumentar el riesgo de desarrollarla.
Síntomas que se presentan:
- Visión borrosa, especialmente al despertar.
- Dolor ocular que puede ser severo.
- Sensibilidad a la luz.
- Enrojecimiento ocular.
- Lágrimas excesivas.
- Visión de halos alrededor de las luces.
Tratamiento de la queratopatía bullosa:
El tratamiento depende de la gravedad de la enfermedad. En casos leves, se pueden utilizar colirios o lentes de contacto para reducir el edema y aliviar los síntomas. En casos más avanzados, se puede necesitar cirugía. Hay dos tipos principales de cirugía para la queratopatía bullosa:
- DMEK (Queroplastia Endotelial de Membrana de Descemet): En este procedimiento, se reemplaza la capa enferma del endotelio por una capa sana de un donante.
- DSAEK (Queroplastia Automática Subendotelial de Descemet): Esta cirugía es similar al DMEK, pero se realiza a través de una incisión más pequeña.
- Queratoplastia penetrante: En los casos más graves, puede ser necesaria una queratoplastia penetrante, en la cual se reemplaza toda la córnea enferma por una córnea sana de un donante.
En algunos casos, se puede realizar un trasplante de membrana amniótica para aliviar los síntomas de la queratopatía bullosa, aunque no restaura la visión.