Nuestros ojos realizan movimientos constantes y precisos para permitirnos enfocar y explorar el mundo que nos rodea. Estos movimientos son posibles gracias a un complejo sistema de músculos y nervios que trabajan en sincronía. Sin embargo, cuando uno o más de estos músculos se ven afectados por una parálisis o paresia, nuestra capacidad visual puede verse seriamente alterada.

La parálisis oculomotora se refiere a la imposibilidad o dificultad para realizar uno o varios movimientos oculares. Esto puede ocurrir como resultado de una lesión en los músculos que controlan el movimiento de los ojos o en los nervios que los inervan.

¿Cuáles son los Síntomas de la Parálisis Oculomotora?

Los síntomas más comunes pueden variar según el nervio craneal afectado y la gravedad de la condición. A continuación, se detallan algunos de los síntomas más comunes asociados a esta patología:

  • Diplopía binocular: cuando tenemos ambos ojos abiertos, tenemos visión doble, que desaparece cuando cerramos uno de los dos ojos.
  • Estrabismo: Los ojos no se mueven juntos en la misma dirección, provocando una desalineación. La posición dependerá del músculo o músculos afectados:
    • Parálisis del III par craneal: dificultad para mover el ojo hacia arriba, hacia abajo y hacia la nariz. Por lo tanto, el ojo puede quedar desviado hacia afuera (temporal). Si su afectación es completa, también puede provocar una midriasis (dilatación de la pupila) y una ptosis (párpado levemente caído respecto al otro ojo).
    • Parálisis del IV par craneal: dificultad para mover el ojo hacia abajo y hacia adentro (hacia la nariz). Característicamente, da visión doble cuando realizamos actividades en visión cercana (leer, coser…). El ojo puede quedar desviado hacia arriba.
    • Parálisis del VI par craneal: dificultad para mover el ojo hacia afuera (temporal). Característicamente, nos da visión doble en la visión lejana (mirar por la ventana, conducir…). Podemos ver el ojo desviado hacia adentro.
  • Ptosis: El párpado superior de un ojo cae más que el otro.
  • Dificultad para enfocar: Puede ser difícil enfocar en objetos a distancias cercanas o lejanas.
  • Visión borrosa: La visión puede ser borrosa o distorsionada.
  • Dolor ocular: En algunos casos, puede haber dolor ocular o cefalea.
  • Tortícolis: Para no ver doble, algunos pacientes desvían la cabeza de manera que, mirando hacia adelante, los ojos queden en la posición que requiere menos desviación y, por tanto, en la posición donde tienen menos diplopía.

La parálisis oculomotora puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. Si experimentas alguno de estos síntomas, es importante consultar con un oftalmólogo para un diagnóstico y tratamiento adecuado.