El ojo seco, también conocido como síndrome del ojo seco o queratoconjuntivitis seca, es una afección crónica que afecta la superficie del ojo y puede provocar una serie de molestias importantes. Se caracteriza por una inestabilidad de la película lagrimal, la capa fina de lágrima que cubre y protege la superficie ocular, lo que puede derivar en lesiones en la córnea y la conjuntiva.
Síntomas:
- Malestar: Sensación de arena, ardor, pinchazos, picor, sequedad persistente, etc.
- Problemas visuales: Vista cansada, visión borrosa, sensibilidad a la luz.
- En casos severos: Enrojecimiento, daño a la córnea, úlceras corneales.
Causas:
El síndrome del ojo seco puede tener diversos orígenes, siendo los más comunes:
- Evaporación excesiva de la lágrima: Factores ambientales como el viento, la contaminación o el uso prolongado de pantallas pueden acelerar la evaporación.
- Déficit en la producción de lágrima: Enfermedades autoinmunes como el síndrome de Sjögren, cambios hormonales (menopausia), ciertos medicamentos o factores como la edad avanzada pueden disminuir la producción lagrimal.
- Problemas en la composición de la lágrima: Alteraciones en la composición de los lípidos o mucinas que forman parte de la lágrima pueden afectar su calidad y eficacia.
Tratamiento:
El tratamiento del ojo seco se adapta a cada caso particular, teniendo en cuenta la causa y la severidad de los síntomas. El objetivo principal es conseguir una correcta lubricación y protección de la superficie ocular. Algunas de las opciones terapéuticas incluyen:
- Lágrimas artificiales: Son el tratamiento más común y se presentan en forma de colirio, gel o pomada. Aportan hidratación y alivian los síntomas.
- Antiinflamatorios: En casos con inflamación ocular, se pueden prescribir colirios o medicamentos por vía oral.
- Suero autólogo: En casos severos, se puede recurrir al uso de suero autólogo, obtenido de la sangre del propio paciente, para nutrir y regenerar la superficie ocular.
- Tapones lagrimales: En casos puntuales, se pueden utilizar tapones lagrimales para evitar la evaporación excesiva de la lágrima.
Prevención:
Si bien no existe una manera segura de prevenir el ojo seco, hay algunas medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de aparición o aliviar los síntomas:
- Parpadear a menudo: Parpadear ayuda a distribuir la lágrima uniformemente por la superficie ocular.
- Evitar ambientes secos: Reducir la exposición al aire seco, el viento, la calefacción o el aire acondicionado.
- Proteger los ojos del sol: Utilizar gafas de sol que bloqueen los rayos UV.
- Beber mucha agua: Mantenerse hidratado ayuda a la producción de lágrima.
- Evitar el consumo excesivo de tabaco y alcohol: Estas sustancias pueden irritar los ojos y empeorar los síntomas.
- Revisión oftalmológica regular: Realizar controles periódicos con el oftalmólogo para detectar y tratar precozmente el ojo seco.