La aniridia es una enfermedad rara de los ojos que se caracteriza por la ausencia parcial o total del iris, la parte colorida del ojo que regula la cantidad de luz que entra en el interior. Puede afectar uno o ambos ojos y suele estar presente desde el nacimiento (congenital), pero también puede aparecer como resultado de un trauma o una cirugía ocular.
En la mayoría de los casos, el aniridia es causada por una mutación genética, lo que significa que se puede heredar de los padres. Sin embargo, en algunos casos, la enfermedad puede aparecer de manera espontánea sin antecedentes familiares.
Síntomas de la aniridia:
El principal síntoma es la baja visión, puesto que el iris regula la cantidad de luz que entra en el ojo. Otros síntomas pueden incluir:
- Deslumbramiento: Sensibilidad excesiva a la luz.
- Fotofobia: Molestia o dolor ante la luz.
- Nistagmus: Movimientos involuntarios rápidos de los ojos.
- Cataratas: Ennuvolament del cristallí del ojo.
- Glaucoma: Aumento de la presión ocular.
- Degeneración corneal: Deterioro de la superficie transparente del ojo.
- Luxación del cristalino: Desplazamiento del cristallí de su posición normal.
- Estrabismo: Alineación incorrecta de los ojos.
- Atrofia del nervio óptico: Deterioro del nervio que lleva las señales visuales al cerebro.
No hay cura para la aniridia, pero sí que hay tratamientos disponibles para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. Estos tratamientos pueden incluir:
- Lentillas: Las lentillas cosméticas pueden ayudar a reducir el efecto fotosensible y mejorar el aspecto del iris.
- Ojeras de sol: Las ojeras de sol con protección UV son importantes para proteger los ojos de la luz solar y reducir el deslumbramiento.
- Cirugía: En algunos casos, la cirugía puede ser necesaria para corregir cataratas, glaucoma u otros problemas oculares asociados al aniridia.
Así pues, con el tratamiento y el apoyo adecuados, las personas con aniridia pueden llevar una vida llena y productiva.