La retinopatía hipertensiva es una enfermedad ocular que se desarrolla como consecuencia de la hipertensión arterial crónica. La presión arterial alta prolongada puede dañar los vasos sanguíneos de la retina, la capa de tejido sensible a la luz situada en la parte posterior del ojo.

Cuando la presión arterial es alta durante un período prolongado, los vasos sanguíneos de la retina pueden estrecharse, obstruirse o romperse. Esto puede provocar una disminución del flujo sanguíneo a la retina, que no recibe el oxígeno y los nutrientes que necesita para funcionar correctamente. Además, la presión arterial alta puede dañar las paredes de los vasos sanguíneos, provocando fugas de líquido y sangre en la retina.

Síntomas de la retinopatía hipertensiva

En sus primeras etapas, puede no presentar síntomas. Esto es lo que la hace tan peligrosa, ya que la pérdida de visión puede avanzar considerablemente antes de que el paciente se dé cuenta del problema. Algunos de los síntomas más comunes a medida que la enfermedad progresa incluyen:

  • Visión borrosa o distorsionada
  • Visión de manchas oscuras o puntos negros (miodepsias)
  • Dificultad para ver de noche
  • Visión doble
  • Pérdida gradual de la visión

Factores de riesgo

El principal factor de riesgo para la retinopatía hipertensiva es la hipertensión arterial crónica o no controlada. Otros factores de riesgo incluyen:

  • Edad avanzada
  • Diabetes
  • Hipercolesterolemia
  • Tabaquismo
  • Obesidad
  • Antecedentes familiares de retinopatía hipertensiva