Traumas como las fracturas orbitarias pueden afectar la integridad y funcionalidad de nuestros ojos, poniendo en riesgo nuestra visión y nuestra calidad de vida. En estos casos, la cirugía de la fractura orbitaria se convierte en una solución crucial para restaurar la salud y la estética de la zona orbital.

La cirugía de la fractura orbitaria es un procedimiento quirúrgico complejo que tiene como objetivo reparar las fracturas de la órbita ocular, la estructura ósea que rodea y protege el ojo. Este tipo de cirugía es especialmente necesaria en casos de anoftalmia (ausencia de un ojo) o en fracturas orbitarias que causan enoftalmos, el hundimiento anormal del ojo hacia dentro de la órbita.

 

Objetivos de la cirugía:

El principal objetivo de esta cirugía es restablecer el volumen y la posición adecuada de la órbita, recuperando así tanto su funcionalidad como su estética. Esto permitirá:

  • Mejorar la visión: Una órbita con su estructura ósea correcta protege el ojo y sus componentes internos, permitiendo una visión óptima.
  • Corregir el enoftalmos: La reposición del ojo a su posición natural elimina la apariencia de ojo hundido y mejora la estética facial.
  • Proteger los tejidos oculares: Una órbita intacta protege el ojo de los daños externos, reduciendo el riesgo de complicaciones y pérdida de visión.

 

Implantes para la reconstrucción:

Para lograr la restauración orbitaria, la cirugía puede utilizar diferentes tipos de implantes:

  • Autólogos: Son obtenidos del mismo paciente, como grasa, huesos, cartílagos…
  • Heterólogos: Son materiales sintéticos como Gore-Tex, PTFE o silicona.

 

Procedimiento quirúrgico:

La cirugía de fractura orbitaria es un procedimiento complejo que requiere una planificación detallada y una ejecución precisa. Se realiza bajo anestesia general y puede implicar el acceso a la órbita a través de incisiones cutáneas o intranasales. Esto dependerá de la naturaleza de la fractura y las necesidades del paciente.

Durante la cirugía, el cirujano reconfigurará los huesos fracturados de la órbita y colocará los implantes adecuados para restablecer el volumen y la posición correcta. Esto puede implicar la reconstrucción de la estructura ósea, la reposición de tejidos blandos como los músculos y los vasos sanguíneos, y la corrección de cualquier deformidad asociada.