El botox es un fármaco muy versátil que se utiliza de forma segura desde hace más de 50 años y nos ofrece soluciones para una gran cantidad de problemas perioculares, tanto funcionales como estéticos.

Así, la toxina botulínica es una proteína natural que actúa produciendo una parálisis transitoria de los músculos a los que se aplica. De esta manera, evita la aparición de las arrugas faciales que se generan por la contracción repetida de los músculos de expresión. Esto lo convierte en un aliado ideal para combatir las arrugas de expresión y lograr una apariencia más joven y descansada.

Beneficios de la toxina botulínica en medicina estética:

En este caso, los beneficios principales en el contorno periocular serían:

  • Suavización y prevención de arrugas: El tratamiento facial con Botox ayuda a suavizar las arrugas existentes y a retrasar la aparición de nuevas. Por eso, actualmente, también se utiliza mucho en personas jóvenes para realizar tratamientos preventivos de aparición de arrugas.
  • Corrección de arrugas de expresión: Las zonas más beneficiadas son las patas de gallo, las arrugas de la frente o las del entrecejo.
  • Elevación de la cola de las cejas: permite elevar la cola de las cejas para lograr una mirada más rejuvenecida y despierta.

 

¿Como se realiza el proceso para ponerse Botox?

El procedimiento con Botox comienza con una consulta inicial de valoración realizada por un especialista en estética oculofacial, con el fin de personalizar el tratamiento según las necesidades de cada paciente.

El procedimiento consiste en realizar unas pequeñas infiltraciones indoloras con agujas finas en los músculos faciales de la zona donde se desean eliminar las arrugas de expresión. La intervención se lleva a cabo en la misma consulta del centro. Así pues no hay necesidad de ingresar en quirófano, y tiene una duración aproximada de 10-15 minutos.

Finalmente, la reincorporación a la vida diaria se puede realizar de forma inmediata, sin necesidad de reposo ni cuidados especiales.